La formación ya no es cuestión de dinero
FRANCISCO JOSÉ MARTÍNEZ LÓPEZ
Catedrático de la Universidad de Huelva. Academia Iberoamericana de La Rábida
L
a información es el principal bien de consumo en cantidad e incluso en términos económicos, en el que la formación se ha convertido en algo que se debe realizar a lo largo de toda la vida, una de las brechas sociales más importantes es la relacionada con los conocimientos de las personas.
Se habla de alfabetización digital, de conocer cómo y porqué pasan las cosas en un mundo dinámico y cambiante. Ya sabemos que los conocimientos tienen una vida útil mucho menor que en épocas pasadas, cuando con una única formación se podía trabajar durante décadas. Hoy los cambios son tan rápidos que la actualización es vital para que al reciclarse podamos estar a la altura de los tiempos.
Un factor especialmente importante es el acceso a la educación, que es uno de los determinantes de la interacción de una persona en la sociedad, de su posición en la misma y la que va a fundamentar cómo va a ser su futuro, convirtiéndose en un elemento de vital importancia.
Los poderes públicos han puesto especial énfasis en esta materia, una parte muy importante de los presupuestos de todos los gobiernos se destinan a educación, normalmente a educación formalizada y para iniciarnos en el mundo social y laboral, desde la educación infantil hasta terminar la carrera universitaria. El problema es que ya con esto no basta, hay que seguir formándose en materias no formalizadas, fundamentalmente las vinculadas con la alfabetización digital.
Aquí es donde entran en colisión los que tienen medios económicos con los que no, por lo que muchas instituciones están intentando hacer que se pueda uno formar en nuevos conocimientos necesarios para el desarrollo de la persona en todos los sentidos sin que sea necesaria una enorme inversión económica que no todos pueden hacer.
Por ello, han ido naciendo formas de reciclaje profesional y social para diversos colectivos. Para los empleados la formación bonificada, es decir, todos los trabajadores por cuenta ajena en España tienen derecho a formarse por un valor de unos 460 euros a través del crédito para formación, que se obtiene descontando pagos en las cuotas de la Seguridad Social. Se trata de una formación gratuita para la empresa y para los propios trabajadores. La cantidad por empresa o trabajador se obtienen multiplicando el 0,7% por la cotización anual, que se debe abonar se consuma la formación o no. Eso es un fondo enorme que es poco conocido y que muchos trabajadores no aprovechan.
Además, está la formación en diversas instituciones, asociaciones, fundaciones y un larguísimo etcétera, que ofertan formación de carácter gratuita. También la educación pública, la oficial, que en general es gratis o el alumno tiene que sufragar una pequeña parte. Por ejemplo, en la universidad que es la que más paga el alumno, suele ser como máximo el 15% de lo que cuesta la formación, y en los demás niveles está aún más subvencionada.
Incluso existe una enorme revolución de la formación, los MOOC (Massive Online Open Courses) o cursos online masivos y abiertos. Como ya dijimos en esta misma tribuna en otra ocasión, se trata de programas formativos gratuitos en los que desde cualquier dispositivo conectado a internet se puede aprender sobre algo a un nivel parecido al universitario. Estos cursos están avalados por las principales universidades del mundo, hoy reunidas en diversas plataformas, la más conocida y pionera EDX reúne a universidades como el MIT, Harvard y otras de enorme prestigio que ponen de forma gratuita sus cursos a disposición de todos, cursos que están en su mayoría hechos por profesores universitarios y en el seno de instituciones educativas superiores, hoy día hay más de 100.000 a disposición gratuitamente de quien quiera aprender.
Estos cursos son totalmente gratuitos y ya se está construyendo los llamados Microdegrees, es decir títulos académicos, y en muchos casos universitarios, para las personas que los realizan.
Ya no hay excusa para formarse. Lo que hace falta es querer, no sólo es un problema económico como antaño. De casi todo lo que necesitemos aprender existen cursos gratuitos. Eso sin mencionar la gran base de conocimientos para la formación que se está creando en aplicaciones como Youtube, donde hay ya millones de tutoriales para aprender cosas que pueden ser útiles para la vida actual e incluso con posibilidades laborales.
La formación es algo necesario, no solo un problema económico, para todos. Las academias, como la Academia Iberoamericana de la Rábida, como agentes del conocimiento, tenemos la obligación de transmitir la necesidad de la formación como motor de la nueva humanidad y que el conocimiento no genere más brechas económicas y sociales. Hay muchas posibilidades de hacerlo de forma “cuasi gratuita”, es ya cuestión de estar mentalizados y querer hacerlo.
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